
Gran hombre eres tú, completo, sereno de gran corazón y mirada quieta. Sonríes y te ríes como niño inocente, pero tienes cierta maldad que eleva tus egos. Hombre de trabajo rudo, lo has hecho todo por ti, tu camino ya está claro, te encanta volar pues eres libre. Tienes mucho misterio, hay mucho que aprender de ti. Pareces duro, incluso llegas a tensar a los que se rinden muy rápido. Disfrutas de los lugares de la buena vida, para los que eres merecedor y los que te gusta compartir.
Eres luchador y valiente, eres cortés y caballero. Conoces
todo lo que nos gusta a las mujeres y quieres que ellas ya lo sepan también.
Disfrutas de la soledad, ahí te has encontrado a ti mismo. Ha sido tu llave
maestra, la cual te ha permitido convertirte en un hombre de ambiciones a los
que pocos llegan.
Reconoces tus defectos y emociones pero te cuesta
compartirlos, los guardas como un tesoro muy recóndito a los que pocos pueden
acceder. Si te los descubren te quedas, al menos que defrauden tus sentimientos. Puede que
alguien te haya conocido y aun así no sepa mucho de ti.
Tu gran defecto es que no te reconoces, ni te gusta que lo
hagan por ti, sabes que cada quien hace su vida, todo en este mundo es por uno
mismo. Tus amigos te consideran una pieza clave, te gusta entregar todo por
ellos. Reírte de las locuras, de los sueños, ser sarcástico, objetivo, combativo, temido.
Te gusta ser mejor, pero no lo aceptas, para ti siempre has
sido tú. No te gusta herir a los que quieres, pero eres frío y
obvio con quien no lo es. No te gustan las medias tintas, o tiendes la mano o
la espalda y a quien amaste te cuesta dejar ir.
Eres culto, eso mismo te ha hecho interesante, entras en
cualquier lugar, pero no todos te quieren. Los haces callar con el miedo de “no
saber”, maldices a los que creen que comprenden o hablan como si supiesen, a
los mediocres o ignorantes. Te encanta ganar en todo y no juzgas a la gente
mala o tramposa, siempre y cuando admires sus talentos; si son tus amigos, te
encantará aplaudirles.
Viniste al mundo a ser excelente amigo, de quien hace bien o
mal, los defiendes a capa y espada sin importarte las consecuencias de los
demás.
Quieres empoderarte con el mundo y que estén a tu disposición,
les enseñas a ser duros y valientes, a ser risueños, chistosos y salirse de las
líneas que marca la sociedad. No encajas en ésta. Tu forma de pensar es propia,
nadie te la ha implementado a excepción de los grandes maestros, quienes
admiras de verdad.
Te reconozco gran hombre, aunque no te guste, lo haré, no
eres complicado, eres muy complejo, no te encierres en tu corazón sin dejar
respirar tu alma, tus pies caminan sobre la tierra con constancia, encaminados
y con potencia. Sigue persistiendo, pero mirando también hacia adentro.
No marchas tú solo, deja que tus fantasmas te dejen en paz.
Lo siento por juzgarte con mi “inocencia”, por no salirme de
las reglas y ser una niña buena…
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