domingo, 1 de mayo de 2016

Desnudez (13 septiembre 2013)




¿Por qué desnudamos nuestros cuerpos antes de desnudar
nuestra alma y nuestro  corazón?

¿Por qué desnudamos nuestras ropas, sin antes admirar la
desnudez de nuestros ojos, nuestros labios, nuestras manos?

Y ver la belleza de cada universo, vestido de esa seda,
admirando su esencia, sin barreras, tal cual, su transparencia, su
pureza, su dulzura, su ternura.

Vestimos nuestros cuerpos con las telas y los jardines
con los muros.



Vemos los cielos sin admirar su azul, vemos la  tierra sin
admirar su frondosidad, sus jardines, rosas,  árboles, caminos.

Vemos los cuerpos con morbo, ¿Dónde esta su inocencia, su
gentileza, su elegancia?

Dejamos de ver el cuerpo con la misma ternura que la un recién nacido.

Dejamos de ver el origen de cada en pueblo,  ciudad y
suburbio.

La belleza se volvió cada vez más selectiva,
 clasificamos lo hermoso de como hermoso, lo feo de como feo, lo
nuevo como nuevo, lo viejo de como viejo.

¿Belleza es la juventud?

¿Fealdad es la vejez?

¿A caso la belleza se pierde o esta radica en las expresiones de cada persona, en sus pensamientos, sus palabras, sus rasgos, diferencias o su identidad?

Ver las cosas bellas o feas
solamente se basa en como nuestro ser lo quiera ver.

Y en este mundo consumista con su miedo no se desnuda, de ser el mismo, de ser transparente, de ser tal cual.

Comprendamos que la inocencia no es el desconocimiento, es la pureza con la que vemos las cosas y el pudor no está en contra de ella. 

El pudor no no está a favor del
morbo, pero tampoco está en contra de apreciar la desnudez.

El pudor simplemente es la elegancia con la que nos mostramos.

Seamos una rosa si somos una
rosa, seamos un dragón, si somos un dragón, Seamos el oleaje del mar si somos
el oleaje de este inmenso mar. 

Desnudemos nuestros dientes con una sonrisa.

Desnudemos las palabras con sinceridad.

Desnudemos nuestros corazones y atrevámonos a amar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

Cuando me fui...

 Y así contigo pensaba en recoger la luna. Veía las capacidades de ambos y sabía que podíamos hacer algo grande. Conjuntaba nuestros talento...