viernes, 7 de febrero de 2014

COMPARTIENDO UN PEDACITO DE MI CORAZÓN





Había una vez una niña llamada Karina, bueno para los que no saben exactamente mi otro nombre es Alma, solo que no lo utilizo porque así se llaman mi mamá y mi angelita (mi abuela), así que para darme diferenciación siempre me relacioné con este nombre de tal manera que hay gente que a la fecha, no sabe de lo anterior hasta… que está leyendo esto... Pues bien, esta no es mi biografía, pero es mucho más cercano que la historia de Facebook.






Durante toda mi vida me cambié unas ocho veces de escuela desde maternal hasta universidad. Así que entre tantos cambios, cuando ya tenía amistades en cierto lugar me tenía que ir a otro. No pienso contarles punto por punto, imagínense jamás acabaría y para como soy yo de andar echando tanto choro, pues mejor escribo un libro, ¿no lo creen? Pero bueno al menos darle un vistazo.
Desde los 7 años me gustaba mucho escribir y siempre soñaba en crear historias magnificas y algunas canciones que hasta la fecha me sigo sabiendo la tonada. Así escribía y me reía en un mundo rosado, lleno de amor, alegría, sueños y canciones de fantasía. Vivía en un mundo en una burbuja de cristal y todo lo veía desde mi inocencia, pues no lograba presenciar quien era bueno o malo y si me hacían algún daño, no entendía a la persona, y cuando veía que mucha gente no era buena o trataban a alguien sin valores o educación, prefería no hacer lo mismo a hacer daño.
Como por ahí de la quinta escuela en la que estuve, fue de  los años más agradables de mi vida y las clases que más les chocaban a todo mundo como español y filosofía a mí me encantaban. Ahí hice amigas magnificas. El primer año, fue genial, antes de entrar puedo confesar algo, siempre buscaba mirar la lista de estudiantes, para ver a cuanta gente nueva iba a conocer y entre más fueran, más feliz me ponía, pues mi sueño era tener la "bolita" más grande de todas. Además, como recordaré en mi generación existían dos grupos, los cuales eran rivales entre sí y hasta en las fonomimicas había guerra, excepto con cuatro chicas que a todo mi grupo les caían muy bien.
El siguiente año, ya se imaginarán, fui directo a ver la lista de estudiantes, a mi decepción, había muy pocos nuevos, pero me dije a mí misma, bueno, no importa ya será el siguiente año, por lo mientras hagamos más grande la bolita. Ahí conocí a dos amigas hermosas y a una de ellas la he considerado una gran confidente y de hecho quise llevarme con ella porque dije, “esta guapa y yo quiero amigas guapas”, no era superficialidad, era mi manera idealista de ver las cosas. Lo malo fue cuando noté que estaba en la otra bolita del salón y dije,” ¡Uy!, a ver qué sucede en el grupo” y para mi mala suerte no se cayeron bien. Aunque bueno, luego me cambié de círculo social con las otras chicas, por lo que tenía un poder: nadie estaba enojado conmigo, yo era la de en medio, sentía cariño y que les caía muy bien a todas en general. Ese año también fueron mis XV y lo que no me gustó, es que casi nadie hizo fiesta en toda la generación por lo que me tuve que conformar con tres fiestas contando la mía.
Al año siguiente volví a checar la lista de inscritos para ver si había alguien nuevo y para mi mala suerte no había nadie, ¡Qué chafa! dije. Pero antes de terminar esa época quisiera recordar tres cosas más:
1. Lo que más amaba es que podía ir con mi bolita, ir a la otra, con mis amigas del año de abajo y seguir siendo yo, a todas las quería; de hecho puedo recordar como a estas chicas (de la generación de abajo), las cuales hace tanto tiempo que no veo, las recuerdo desde la formación, cuando iban en sexto de primaria y yo en primero de secundaria. Lo que me encantaba es que podía ir de un lado al otro y nadie me decía nada, todo mundo me respetaba.
 2. Como olvidar cuando cumplí 16, en mi cumpleaños le canté al chavo que me gustaba una canción que yo misma le escribí y bueno después de eso me hizo la ley del hielo. (Conste que no estoy poniendo nombres, digo el pecado, más no el pecador).
 3. Antes de entrar a esa escuela, quise mirar mis errores del pasado para no volverlos a cometer y ser cada día mejor.  
Mi primer año de prepa, me quería cambiar de escuela, yo quería “a new fresh start”, pero llegó mi mamá y me dijo que ya me había inscrito en la misma escuela, así que dije “ash”, no se vale, todos se habían ido de ahí. Y ahí les puedo decir, la prepa fue la etapa más difícil que he vivido, fue el preámbulo donde me hizo madurar de una manera muy ajetreada y muy feroz. Fue algo muy difícil ya que antes de iniciarla ya había imaginado como sería mi vida, había imaginado ya varias pijamadas con todo y actividades a realizar y que las amigas de la prepa perduraran para siempre.
Así que bueno, como les cuento, como cada año volvía ver la lista de alumnos nuevos, y para mi realización solo hubieron cinco y de esa cantidad de personas solo una se fue a mi salón. Después de todo ese año no estuvo tan mal. Pero muy pronto estaba por cambiar el rumbo de mi vida, de cómo me sentía conmigo misma y mis sentimientos. Con mi prima de mi edad, una muy querida entre todas las que tengo, planeamos irnos de intercambio, y mientras ella se fue a Alemania yo a Estados Unidos.
Mi intercambio me lo imaginé muy feliz, aunque entré muy insegura, pues me daba pena hablar inglés y  la señora con la que viví, siempre se quejó de que era muy callada desde que apenas llevaba una semana y entre más pasaba el tiempo más cosas le molestaban de mí, lo peor es que a su hija le caía muy mal, cada vez estaban más irritadas conmigo y yo lo único que hice fue hacer un calendario para ver el día en que iba a regresar y se me hizo eterno. Me llegaba decir cosas muy hirientes, cosas que jamás me imaginé, además no me dejaba salir con mis amigas, pues su excusa era que no conocía a sus padres, solo me dejaba llevarme con los amigos de su hija, pero no le caía bien. Así estuve varios meses, hasta que por fin me cambié de casa. La pasaba mucho mejor ya que era una familia increíble, sin embargo, solamente salía dos veces a la semana, los miércoles y domingos; cuando iba a la iglesia. En esos días la pasaba genial porque llegué a pasar tiempo con amigos que quise mucho. Pero puedo decir, que ahí comencé a conocer lo que era deprimirse, lo que significaba extrañar casa y que pasaran los días tan lentos y lentos. Tenía sentimientos acumulados porque amaba mi familia estadounidense y amigos, pero tenía una gran depresión por casi no salir. Así de esa manera aprendí a estar feliz y triste todo el tiempo. Quería quedarme más rato, pues justo cuando regresé a casa es cuando ya comenzaba a salir y salir, pero ya no aguantaba un día más sin mi familia.
Al año siguiente, LA GRAN CAÍDA, me fui a la misma escuela que mi prima, y las primeras semanas parecían muy bien, aunque con lo anterior que les conté entré muy insegura de mi misma, me daba tanta vergüenza lo que me había pasado; de que no me había ido tan bien como a la mayoría, que tenía un temor extremo y eso lo reflejé. Pero en el momento no me di cuenta, ya que para mí lógica era que para ser bonita y de buen corazón era suficiente para que te quisieran y  dar todo tu amor. Pero la cosa no fue así, fui víctima de Bullying. Ese año sentía que no tenía a nadie a mi lado, perdí toda la confianza que tenía en mi misma, veía todos mis días grises y no podía acudir con mi prima, ni con nadie de mi familia porque sentía una gran vergüenza de quien era. Ese año comencé a tener pensamientos muy desequilibrados, mi autoestima estaba muy débil y lo único que decía era “Dios, no le hagas vivir a nadie esto que yo siento, porque esto no se lo deseo ni a mi peor enemigo”. Al término del año, yo le pedía a mi mamá, por favor mamá, ¡Quiero repetir el año! Quiero tener mi prepa como siempre la soñé. Por eso le digo la gran caída, es como si hubiera estado en una hermosa nube rosa en el cielo y fue una caída muy fuerte y sin paracaídas, así de roto quedó mi corazón.
Sin embargo, siempre agradezco haber tenido a mi amiga en el salón, mis amigas de intercambio y mi mejor amiga de Bélgica, que la adoro como no tienen idea, pues fue mi fortaleza en mis días más difíciles.
No repetí el año, tuve que madurarlo, entre a la escuela de Cosmetología, porque toda esa onda del maquillaje y belleza me comenzó a llamar mucho la atención, sin embargo, tampoco investigué tanto, ni fui a muchas universidades, de hecho solo fui ahí. La otra carrera que pensaba estudiar era comunicación, sin embargo, decidí no estudiarla ya que “Cómo la iba a estudiar si era tan callada”. Sin embargo, deje cosmetología ya que también me hicieron bullying. “Y me dije a mí misma, ¡ahh, una vez, no manches, se pasan!, ¡otra ni loca!, que se queden con sus tonteras, yo aquí me voy”. Entonces, como nunca lo he hecho, les di a mis padres el mejor argumento que no se lo pueden imaginar para darles las razones por las cuales quería estudiar comunicación.
Al entrar a la universidad, fue como otra oportunidad, así que cuando me di cuenta que conocía a gente, me daba alegría, pues decía “ahora si es mi oportunidad de venir con todo y hacer amistades alegres”, aunque tenía un pequeño problema, del año anterior había quedado con un trauma, que realmente me afectaba, y por la cual la gente que estaba cerca de mí realmente se cansaba de escuchar mi historia una y otra vez. Así que les agradezco de todo corazón haber estado conmigo.
Pero bueno, mi vida comenzaba a dar un buen giro positivo de nuevo, así que sentí una lindísima esperanza. Ahí conocí a una bellísima amiga en mi carrera, que durante los primeros años para mí fue mi mejor amiga de Comunicación, y que claro es algo que no se lo he dicho nunca, pero bueno ella ahora mismo lo está leyendo. Por otro lado, también conocí a cuatro bellísimas amigas con las que salí todo el principio de la universidad y que sin embargo, poco a poco las mismas actividades nos fueron separando, a todas las tengo guardadas en mis preciosos recuerdos, en especial a una que siempre me tomó en cuenta y que es una persona que realmente admiro.
De igual forma, si retrocedemos un poco el tiempo, por ahí del 2007, antes de entrar a la universidad, una amiga muy querida de la secundaria me invitó a su despedida, ahí conocí a unos queridísimos amigos a los que llegué a querer como no tienen idea. Así que en su casa, me dijeron “mira Kari, mientras “la chica guapa se vaya”, tú vas a quedar en su lugar y ya cuando regrese, pues vamos a estar todos juntos, nos caíste súper bien y queremos que formes parte de nosotros. Así que siempre seremos los cinco”. Eran tres hombres, ella y yo. Después de todo lo que había vivido, recordando que en ese momento había atravesado por el bullying de la preparatoria,  era como un regalo caído del cielo. Mil sonrisas en mi rostro se reflejaron. Aquí pasé los tres mejores años de mi vida, en verdad a mis amigos, se los agradezco, pues siempre fueron muy especiales para mí. Aquí también conocí a mi primer amor, y bueno, esa es otra historia, y para los que me conocen, realmente saben cómo me enamoré. Sin embargo, dos años más tarde tuve que decir adiós con todo y amigos, por cuestiones de la vida y del amor. Al fin y al cabo, lo único que les deseas es que sean muy felices y así estuve mucho tiempo, deseándoles cosas maravillosas para su vida. Eso fue extremadamente difícil para mí ya  que sentía que me había perdido a mí misma.
Pero no todo es negativo, en los primeros semestres de la universidad, estuve en HAIRSPRAY, una obra de las tantas que se presentaron, ahí conocí gente fantástica  con la que salí durante toda esa etapa. Y no saben la belleza que es vivir esto, desafortunadamente solamente me di la oportunidad de haber estado en una obra y hubo otra que no pasé el casting porque estaba enferma y no podía cantar. De ahí surgió una amistad en especial espléndida y muy querida para mí entre todas las que hice, de la cual, al final todo mundo se preguntó las razones por las cuales me dejé de llevar con él.
Era una gran amistad, íbamos de un lado al otro, para todo estábamos juntos, siempre me aconsejaba y nos andábamos riendo como locos, ¿Qué pasará el día en que yo tenga novio? Le preguntaba, “vamos a salir los tres”, me respondía. Y claro, en mi mente yo sabía que eso no iba a ser posible. Solamente quiero decir que a pesar de lo que pasó, yo me quedo con los recuerdos bonitos y con ese gran amigo que para mí fue. Y, sinceramente puedo decir que si no decimos ni él ni yo las razones por las cuales no nos hablamos, es por el respeto que se quedó. Al final del día, solo sentía que solo conocía a gente durante poco tiempo y se me iban todos. Pero la universidad continuó, y seguí conociendo gente muy linda y que existen muchas razones por las cuales las quiero.
Actualmente, me han sucedido cosas increíbles que poco a poco comienzan a acomodar mi vida. Tengo una amiga bellísima con la cual me identifico mucho en muchos temas, la historia de cómo nos conocimos fue en unos cursos de belleza junto con otras amigas que también quiero mucho. Y no saben cómo le agradezco a esta amiga todo el tiempo que pasamos juntas, los mil chistes y unas frases locales que ya se imaginarán lo divertidas. Además, tengo un amigo, que adoro como no tienen idea, hermosísimo (si quieres saber quién eres hace pocos días, fui al cine contigo, sí la semana pasada, ¡le atinaste!).
Y, aunque realmente mi vida la plasme en el lado escolar, mi familia sabe cómo la amo. Mi familia de casa, mi papá, mamá, hermanos y mi hermana que nos dio su hermosa familia, y la experiencia más bella con la mejor sobrina que puede existir.
Gracias a mis primos y primas por darme más sobrinos, en especial el que llega este año.
Gracias a todos los que hacen posible la estabilidad en mi casa.
Gracias a ti que pasaste por mi vida, tan solo por eso quiero verte feliz.
Durante muchos años de mi vida, tengo que ser sincera, viví de caídas de golpes como lo que expliqué de la nube rosa, pues sentía que eran sin paracaídas. Y en mi familia sin comprenderme, porque me veían de repente súper bien, hablando con tanta madurez durante un tiempo prolongado y de repente convertirme en todo lo opuesto por las tristezas acumuladas y sin perdonar. Tal vez algunos de ustedes que me quieren mucho, digan ¡Cómo es posible que andes contando tu vida! No es el hecho de contarla por contar, es el hecho de abrir el corazón. La vida por mis experiencias, me pudieron haber enseñado a cerrarlo, por creer que las personas se irían y me quedaría sola. La vida me pudo haber enseñado a darme por vencida por las veces que me ponía como loca pensando en tonterías, pude haber aprendido que el amor solo llega una vez, pude haber aprendido a seguir haciéndome la víctima como muchos años lo hice.
Sin embargo, a pesar de eso, elegí aprender que no he perdido amigos, siempre los puedo recuperar, porque siempre puedo abrirle mi corazón a alguien que lo necesita, he decidido aprender que aunque a la fecha sigo teniendo caídas complicadas, algún día y estoy segura de eso, van a desaparecer por completo y voy a ser totalmente estable y feliz, que en vez de tener una vida rosa por fuera y negra por dentro, he decidido limpiarla con mi propia filosofía del amor, mi escritura , todas mis cosas buenas y estar preparada siempre para lo que la vida me dé.
Hacer de mi vida un amor rojo (porque es el que tiene ganas de dar mi corazón), ponerle a mi mente un amor blanco, para que crea pensamientos de pureza y positividad, poner en todo mi cuerpo, todos los colores para que me den la sabiduría de comprender a la gente y así transformar mi mundo exterior, y en vez de que sea un mundo de miedos, convertirlos en valía.
En vez de aprender que no valgo, aprender todo lo contrario, ver mi perseverancia, paciencia, espíritu interior,  ganas, la forma en la que veo el amor, potencial y transparencia. En vez de aprender que en mi vida cada vez se van más personas, adaptarme a la vida, pero dirigir mis circunstancias; en vez de victimizarme es tomar mis pantaloncitos, y hacerme responsable de mi misma y que todo lo que acepté en mi vida fue porque no puse altos o no dije lo que pensaba, sentía o de algo pequeño sin darme cuenta hice un caos; en vez de estar enojada conmigo misma por todo lo que permití, ¡ES PERDONARME!, perdonarlo todo, todo lo que me hicieron o sentí que me lastimara, perdonarme en toda circunstancia bajo cualquier acontecimiento en contra de mí, hasta que ya no quede nada más que pura estabilidad y amor; en vez de aprender que solo pude haber amado una sola vez, es prepararme y tomar conciencia para la mujer que quiero dar de mí.
Por ello, con todo mi amor, te invito a que no dejes que nadie te hiera y me dirás yo no permito nada, pero me refiero a más allá de lo que tus ojos pueden ver, ¿Cómo eres contigo mismo?, ¿Qué tanto te dices cuando no te salen las cosas como esperabas? Espero y te deseo de todo corazón que tú no seas tan dura o duro contigo mismo y que te des todos los permisos del mundo que puedas darte, siempre teniendo en presente el respeto de tus valores y la persona que eres, de esa manera ganaras tu paz.  (Si todavía no tienes esa paz interna que tanto buscas, pues trabaja más en ti)
Yo te digo, está volviendo mi poder, mi poder sanador que me cura para que pueda confiar tan libremente como algún día lo hice.
Y de verdad, si tú eres tan estable en tu interior y se te hace tan toto por lo que pasé, ¡Le doy gracias a Dios que no conozcas de qué hablo! Quizá viviste cosas aún más difíciles, por eso yo te digo:
Confía en ti
Confía en ti
Confía en ti

Y si en algún párrafo te sentiste identificado o identificada conmigo, si algún día te sentiste muy mal y nadie te entendía, creme que lo puedes lograr, solo necesitas regresar a ti. No te preocupes, estoy escribiendo una reflexión del amor que se te ayudará muchísimo a sanar. (PROXIMAMENTE)
Mientras tanto yo seguiré mi proceso.
El único cambio que haré es el necesario para estar más cerca de mi misma y de Dios.
He trabajado mucho en mi misma para cerrar estos capítulos con mucha paciencia, quizá porque ciertas cosas no se me facilitan. Pero lo que si espero es que te haya gustado y ayudado. Que si alguna vez deseas un consejo sincero, puedes tomarlo de mí y puedo garantizarte que todo lo que surge de mí es de corazón. Y cuando decido querer, no son tonterías.
Con todo mi corazón, mi alma y mi transparencia.
Karina Ruiz Catalán.
La soñadora que confía en que algún día será una gran cautivadora y motivadora de gente que está acostumbrada a tener pensamientos perdedores y generarle pensamientos ganadores.
La persona que ve al amor de una forma en la que pocos lo ven (check out mi reflexión del amor).
La persona que vence sus temores y va por más.
La persona que con mucho cariño y gusto, le gustaría volver a verte y saber que es de ti.

Lic. en comunicación y escritora por pasión. 





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