lunes, 14 de octubre de 2013

Pequeña Reflexión del amor (VERSIÓN PEQUE)




Algunas personas me preguntan Karina, ¿Por qué no tienes novio? Eres muy bonita, muy linda, tienes ambiciones, un gran corazón…
Y yo les respondo, no lo tengo, porque la vida es perfecta y este no es mi tiempo. Si Dios no me manda a alguien, él sabe por qué, solo él sabe lo que yo debo aprender, antes de que llegue la persona indicada.


Tal vez sí, me cierro un poco, no abro mi corazón fácilmente, puedo tener creencias o estar a la defensiva. Y sí, estoy trabajando conmigo, no soy perfecta como nadie lo es, por ello, estoy puliendo mis defectos para ser mejor persona cada día, estoy puliendo mis ideas para tener un camino que me llene de amor y felicidad, estoy puliendo mi corazón para compartirlo cada vez más con las personas, estoy puliendo mi persona para cada vez ser más feliz, abierta, alegre, perder muchos de mis miedos y jamás dejar de crecer, ni de luchar.
Y sí, a veces me equivoco y vuelvo a caer sobre la misma piedra, como muchos de nosotros, a veces me enojo conmigo misma por no haber logrado las cosas tal como quise que pasaran, como muchos de nosotros. Pero estoy aprendiendo a controlar mis enojos, frustraciones, en las que yo me digo a mi misma, ama tus errores y equivocaciones, no para volver a caer, sino porque son parte de mí, de mi vida, de mi historia, y todo eso es lo que soy. Amar tus errores no significa volverlos a cometer, significa saberte perdonar, creer en ti y avanzar.
Aprender a ser responsable de que cada acción que género, tiene consecuencias para mi futuro, entendiendo que, aunque a veces es difícil comprender que todos somos uno, poco a poco te das cuenta, que lo que haces al otro, te lo haces a ti y que el karma simplemente es el enojo consciente o inconsciente sobre nosotros mismos y que solo se termina con el verdadero perdón.
Por ello, a las personas que han pasado por mi vida, les deseo de todo corazón que sean muy felices y les vaya muy bien, ya que sé que este mundo solo se comienza a transformar a través de brindarle sonrisas al otro. A través de comprenderlo y de ser feliz cuando ellos lo son. De dejar de envidiar y creer en mi capacidad, de dejar de señalar y hacerme responsable, dejar de creer que soy especial y comenzar a ser humilde.
Y esta felicidad se la deseo, a todos los amigos que están conmigo, y a los que ya no lo están, aquellos que me irradian positividad y aquellos que me generan malestar, aquella persona que amé y aquella  persona que sin saber, fue determinante en mi vida, aquella persona que solo me deseaba el mal, aquel amigo que me dio la espalda, me traicionó o dejó de creer en mí. Para después comprender, que quien se había traicionado, se había dado la espalda y había dejado de creer en ella, había sido yo misma.
Pero eso sí, jamás dejaré de creer en el amor… La única razón por la cual las personas ya no creen en él, es porque no valoran ni lo que son, ni lo que tienen. ¿A caso, necesito tener un novio para seguir creyendo en el amor? Al menos yo no.
El amor, es mi luz, es mi razón de existir, es lo que yo siento y creo firmemente, es mi guía, por ello le pido a Dios, que cada vez me llene más de él, para que tenga más aportaciones a las personas que lo necesitan, y decir, si alguna vez yo pasé por momentos de crisis, si alguna vez yo estuve triste y no me supe levantar en ese preciso momento, si alguna vez no comprendí la razón de las cosas, fue precisamente para comprender al otro, para dejar de juzgar, para entender que no soy la única que atraviesa momentos de miedo. ¿Pero quién no tiene miedo?, Es entonces cuando te das cuenta que todos, no somos tan diferentes, y que el amor, es la cura contra cualquier mal en la sociedad.
¿Pero no muchos creen en el amor, cierto?, No muchos creen en él, porque lo pintan de rojo o rosa. Y, aunque a veces el amor se manifiesta en esos colores, porque no gozarlo de la misma forma, cuando se torna de naranja, amarillo, azul, verde, gris, morado, blanco, negro.  Amor naranja, que te irradia, que te llena de alegría y positividad; amor amarillo que te enseña a  reírte de ti mismo, pero que a veces es avaro y egoísta; amor verde que te da energía, vida, frescura y esperanza; amor azul que te genera confianza y satisfacción; amor morado que te llena la vida de fantasías e ilusiones, de sueños y ambiciones; amor blanco el cual es puro, transparente, tierno; amor gris, que ayuda a expulsar todo lo que tengo dentro y no me gusta de mí misma, amor negro que te hace fuerte, firme, pero lo más importante, te impulsa para seguir adelante en cualquier crisis, para dejar ir a quien no tiene que estar; es apreciar y valorar la oscuridad. ¿Y el rojo?, ¿El rosa? El rojo es la pasión y la entrega, el rosa es la picardía y la cursilería que le dan un toque mágico al amor.
Y eso, es lo que quiero vivir con el hombre indicado para mí, con una persona que sea compatible conmigo, que me ame, me respete y que vayamos hacia el mismo camino. Un amor que sea de todos colores, porque esa es la vida, mi maestro.  
Un hombre que me haga sentir un amor rosa, aunque después tengamos que pasar por un amor negro, un hombre que me haga sentir un amor rojo, aunque existan días de amor gris. Un hombre que me haga sentir un amor naranja y amarillo; azul y verde y juntos compartir toques morados, para sentir el amor más blanco que pueda existir.
Tal vez solo debo pedirle a Dios que me deje fluir, que me deje esperar, para después compartir… Si el presente es perfecto, solo tengo que pedir mi deseo, ya que cuando llegue también lo será.
Y lo sé, he cambiado y solo yo sé por lo que he pasado. La vida me ha enseñado tres aspectos importantes:
1.    La belleza exterior es solo un toque extra.
2.   A veces lo que para ti era todo un caos, la mayoría de las veces era algo insignificante para los demás.
3.    Todo lo que sucede en tu vida, comienza por ti mismo.
Si he cambiado constantemente, luchado y perseverado, por ello espero que el hombre que sea para mí comparta conmigo mi filosofía del amor, que no juzgue mi pasado y me quiera por lo que soy. De esa manera estaremos en la misma sincronía.
Por eso, ya no preguntes… yo estoy feliz por ti, tú hazlo por mí…
Los amo!!!



  

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